Leyenda de la Mulata de Cordoba Veracruz
Córdoba, Ver.- La leyenda de la Mulata de Córdoba es una de las más reconocidas de la Ciudad de los 30 Caballeros. Mientras unos dicen que sí ocurrió y otros, que es mera imaginación, lo cierto es que en céntricas calles de la ciudad hay una representación de ella.
La leyenda cuenta que hace más de 200 años, vivió en esta ciudad una mujer que llamaba la atención porque a pesar de los años, no envejecía. Aunque la mayoría de los cordobeses la conocía, nadie sabía quiénes eran sus padres. Por su tez morena, le comenzaron a llamar “La Mulata”.
Al ver que la joven al pasar de los años no envejecía, comenzaron a rumorar que era una bruja que había hecho un pacto con el diablo y que este pasaba a su casa por las noches
Quienes vivían cerca de ella decían que, por las noches, una luz se observaba por las rendijas de las ventanas, y parecía como si algo se quemara adentro.
Otros decían haberla visto en los tejados de las casas y que sus ojos eran de un negro intenso, que contrastaban con sus labios rojos y sus dientes blancos, además de que su sonrisa era maléfica e incluso que podía volar.
Su belleza era tal que los hombres se peleaban por su amor, pero ella siempre los rechazaba, lo que atribuían a que era fiel al diablo, con el que había hecho pacto.
En contraste a esto que decían algunos, se cuenta que la Mulata era una mujer amable, que asistía a misa y ayudaba a los necesitados; pese a ello no dejaban de decir que tenía poderes e incluso la capacidad de estar en dos lados al mismo tiempo y, es que aseguran que en una ocasión se le vio en Córdoba y al mismo tiempo en la Ciudad de México
Según relatos de la gente, la Mulata fue encarcelada en la Ciudad de México, no por sus actos de hechicería, sino por la gran fortuna que poseía; se dice que tenía hasta 10 barriles llenos de polvo de oro.
Un día, la gente que todavía recordaba que estaba en la cárcel, corrió el rumor de que había escapado de ese lugar usando sus poderes de bruja. Unos dicen que hubo quienes la vieron convertirse en ave y salir volando de la cárcel.
Otras personas decían que el mismo diablo entró a la cárcel a rescatarla, pero otros dicen que lo que en realidad sucedió fue que el encargado de cuidar el lugar quedó asombrado de un dibujo que había hecho La Mulata en la pared: un barco.
La pintura era tan detallada, que el carcelero le dijo: “ese barco es perfecto, está listo para navegar”, y La Mulata respondió: “si eso es lo que usted quiere el barco llegará muy lejos, el guardia del lugar la miro confundido, pues se trataba solo de un dibujo hecho con un pedazo de carbón.
Ante la incrédula mirada de su carcelero, La Mulata saltó al dibujo del barco que hizo en la pared y éste empezó a avanzar hasta desaparecer.
Unas versiones de la leyenda dicen que del miedo, el carcelero perdió la vida, mientras que otras cuentan que pese a que contó lo ocurrido nadie le creyó y se volvió loco. Nadie volvió a ver a La Mulata de Córdoba.